martes, 1 de noviembre de 2011

Editorial:

100 dias con Humala
A casi ya 100 días de cumplirse  el mandato de  Ollanta Humala en la Presidencia del Perú, éste novato presidente ya ha tenido  bastantes patinadas debido al mal desempeño de sus legisladores (Gana Perú) que no mostrando seriedad ni responsabilidad al cargo que representan, hacen cualquier cosa menos trabajar correctamente.
Muchos analistas y críticos del gobierno mencionan que económicamente el Perú ha ido por buena línea; para avanzar como un buen país ha habido muchas faltas.
Casos de negligencia y principalmente de corrupción están empeorando las cosas.
Por un lado tenemos el caso de los alimentos malogrados e infectados del Pronaa, con envenamientos de niños y profesores, en diferentes localidades internas, y la muerte de algunos de estos menores.
En este caso la ministra de la mujer Aida García Naranjo poco hizo para solucionar estos hechos y al contrario de querer si quiera guardar compostura, se pone a bailar con algún personaje farandulero, mostrar insensiblidad al decir que sólo fueron unos cuantos niños los que perecieron y por último quererse mostrar como si estuviera arrepentida, llorando en el congreso, además teniendo en su pasado muchos juicios  inconclusos.
Otro caso es del vicepresidente Omar Chehade y el presunto tráfico de influencias para desalojar a los trabajadores de la empresa Andahuasi para favorecer al grupo Wong.
El caso del legislador y su prostíbulo, del comeoro, la robacable, la ministra de la cultura Susana Baca que no sabe si quiera como trabajar y otros muchos casos.
Todos estos delitos de corrupción y mal desempeño de los cargos lo único que logran es  un gran fastidio y rechazo de los peruanos que piden automáticamente el reemplazo de estos funcionarios, que en lugar de trabajar correctamente hacen mal uso de sus cargos para querer llenarse los bolsillos.
No solo el decir que el Perú esta económicamente bien garantiza un buen desempeño de sus funcionarios es importante también un crecimiento político, crecimiento de la democracia y un desarrollo de la inclusión social, para poder lograr un orden interno, orden  tanto en el poderes del país como también en las diferentes regiones del país, para que eviten un levantamiento de la población queriendo tomar el poder a la fuerza.
Esperemos pues que en lo que queda de gobierno  ya no ocurran más casos de corrupción y Ollanta Humala ponga mano firme a sus funcionarios y se desempeñen como servidores del país y no servidores de sus bolsillos.

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